Hace veinte años atrás leí unas cuantas líneas en las noticias, que quedaron grabadas en mi mente desde ese entonces. El equipo de basquetbol de los Bulldogs de la Preparatoria del condado de Rockdale, en Conyers, Georgia, ganó su primer campeonato estatal en su historia en Marzo de 1987, arrollando a todos sus adversarios.
Después de dieciocho años de estar como entrenador del equipo sin alcanzar un campeonato, el entrenador Cleveland Stroud no cabía de emoción.
Pero unas cuantas semanas después del juego del campeonato, el entrenador Stroud estaba haciendo una revisión rutinaria de las calificaciones de sus jugadores, cuando descubrió que uno de sus jugadores de tercer equipo, había reprobado algunas materias y de esta manera, el jugador estaba académicamente descalificado para estar en el equipo de basquetbol.
El alumno que estaba teniendo problemas con sus estudios, en ninguna manera fue un factor decisivo en la victoria del equipo. Era un jugador que tenía pocos meses en el equipo y usaba el uniforme en los juegos pero no había jugado de manera regular en toda la temporada. No obstante, durante uno de los partidos de semifinales, cuando el equipo llevaba la ventaja por más de 20 puntos, el entrenador Stroud quizo darle la oportunidad de participar a todo jugador. Había colocado a ese jugador en el partido por menos de 45 segundos. El joven descalificado no había ganado puntos para el equipo. Su participación no había afectado en manera alguna el resultado del partido. Pero desde el punto de vista técnico, era una violación de los requisitos establecidos por el estado.